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“Modificar los estándares del grupo propio”: Sobre los Judíos y la Comunicación de Masas — Parte II de II

“Millones de folletos, panfletos, dibujos animados,  historietas, artículos — y más recientemente guiones de radio y de películas — han sido producidos y diseminados en la guerra de propaganda.” Samuel H. Flowerman, Propaganda Masiva en la Guerra contra la Intolerancia, 1947.[1.

Los Protocolos de Samuel H. Flowerman

Samuel H. Flowerman, como Director de Investigación en el Comité Judío Estadounidense, como colega del Instituto de Investigación Social, y como una especie de núcleo para la expansiva camarilla judía de académicos de comunicación de masas, estuvo en el centro del proceso para poner en acción práctica iniciativas judías de “investigación de opinión”. La formulación más clara de cómo luciría esta acción práctica fue articulada en su ensayo de 1947, “Propaganda Masiva en la Guerra contra la Intolerancia.” La preocupación principal de Flowerman era que a pesar de que millones de dólares estaban siendo gastados en propaganda, por organizaciones como el Comité Judío Estadounidense y la Liga Antidifamación, la propaganda parecía no ser suficiente por sí misma para lograr la transformación masiva de valores en la población huésped — en particular, para el debilitamiento de su etnocentrismo.

Flowerman empieza por explicar el formato y el alcance de los esfuerzos existentes: “Millones de folletos, panfletos, dibujos animados,  historietas, artículos — y más recientemente guiones de radio y de películas — han sido producidos y diseminados en la guerra de propaganda (429).” El uso del lenguaje de guerra de Flowerman es interesante en sí mismo, por supuesto, y será discutido en detalle más abajo. Por ahora, deberíamos focalizarnos en lo que Flowerman enumera como los 5 objetivos de la “guerra de propaganda”:

  1. “La reestructuración de las actitudes de individuos prejuiciosos, o al menos su neutralización.”
  2. “La reestructuración de los valores de grupo hacia la intolerancia.”
  3. “La consolidación de las actitudes de aquellos ya comprometidos con una ideología democrática, quizá creando una ilusión de universalidad o victoria.”
  4. “La continua neutralización de aquellos cuyas actitudes aún están desestructuradas y que se consideran “más inocuos” si permanecen inmunes a instrumentos de parcialidad.”
  5. “Contrarrestar los símbolos de intolerancia.” (429)

Flowerman concede que el nivel de trabajo y control requerido para lograr estos objetivos habría de ser extensivo, y que el proyecto era altamente ambicioso, buscando nada menos que “una exitosa persuasión masiva en el campo de las relaciones intergrupales.” (429) Pero él es igualmente explícito en las condiciones requeridas para semejante éxito.

La primer condición de Flowerman es “control de parte de grupos pro-tolerancia o individuos de los canales de comunicación de masas.” (430) Dado que el contexto entero del activismo de “pro-tolerancia” de Flowerman fue esencialmente judío, podemos asumir que él está implicando fuertemente que los canales de comunicación de masas deberían caer en manos judías. Dado que “control,” en el fraseo de Flowerman, no está calificado, y dado que muchos periódicos, estaciones de radio, y compañías de producción cinematográfica ya estaban en manos de judíos “pro-tolerancia,” la implicación de que este control debería ser absoluto también está presente. Además, nota Flowerman, que el control total de estos canales puede no ser suficiente en sí mismo. La población huésped aún va a tener que ser expuesta a las producciones de la comunicación de masas, y esto habría de ser garantizado mediante el uso de “fuerza, monopolio comercial, y/o crisis (diseñada o accidental).” (430)  Sólo entonces las fuerzas pro-tolerancia verían “los persuasivos dispositivos y técnicas de la élite actuando sobre las susceptibilidades de los manipulados.” (430) Flowerman cierra aquí con una referencia a la teoría de Erich Fromm, de que la gente tiene un “deseo de ser controlada.”

La segunda condición de Flowerman para una “exitosa persuasión masiva en el campo de las relaciones intergrupales,” es la saturación. Esta condición, así como la del control y monopolio de los canales de comunicación masiva, aspira a ser absoluta. En otras palabras, el mensaje “pro-tolerancia” debía de ser ubicuo y extendido — más allá de lo que era posible en 1947 y probablemente más allá de lo que podría haber sido conceptualizado en aquel entonces. En palabras de Flowerman: “Además de las grandes sumas de dinero actualmente siendo gastadas en propaganda de tolerancia, sumas considerablemente más grandes probablemente serán necesarias para lograr el grado de saturación — aún todavía hipotético — requerido.” (430) La idea general aquí es incrementar la proporción del “flujo de símbolos pro-tolerancia” dentro del “torrente total de comunicaciones.”

En noviembre de 1946 se llevó a cabo en Nueva York una convención de tres días, parcialmente organizada por Flowerman, agrupando “expertos en los campos generales de relaciones públicas, incluyendo publicidad, correo directo, cine, radio, y prensa; trabajadores profesionales en el equipo de agencias locales y nacionales específicamente dedicadas a combatir discriminación grupal; y científicos sociales de las universidades y de las agencias de defensa nacional.”[2] Los judíos, por supuesto, dominaban todas estas áreas, y la lista de participantes incluía figuras ya mencionadas como Bruno Bettelheim, Sol Ginsburg, Hertha Herzog (Directora de investigación radial de McCann-Erickson, Inc.), Julius Schreiber, Paul Lazarsfeld, Joseph Goldsen, y Morris Janowitz. Uno de los hallazgos de los académicos de comunicación de masas presentes en la convención fue que incluso el control y la saturación podían no ser suficientes para asegurar una transformación de opiniones y valores en la mayoría demográfica. Éste era el caso cuando la propaganda se encontraba con individuos particularmente fuertes mentalmente, o cuando la propaganda se perdía dentro del torrente general de comunicaciones que uno encuentra en el curso de la vida cotidiana. Flowerman entonces escribe con frustración que “estamos desarrollando una nación de individuos que trabajan, se preocupan, aman, y juegan, mientras comentaristas, comediantes, compañías de ópera, orquestas sinfónicas, y bandas de swing están transmitiendo. Esta continua embestida por ‘algo para todos,’ resulta en una especie de ‘sordera radial.’ (431) Para poder superar este obstáculo, Flowerman retorna a un aspecto clave de su primera condición — el uso de crisis (él escribe que ésta puede ser “diseñada o accidental”) para focalizar la atención sobre la propaganda emitida. Flowerman escribe:

Para superar la ‘sordera radial’ a los anuncios comerciales y la atmósfera general de simulación del entretenimiento radial, sólo símbolos asociados con una crisis aguda parecerían tener una posibilidad. Porque el grueso de la intolerancia racial y religiosa estadounidense no está considerado como una situación crítica. … La ausencia de estrés crítico sirve para disminuir los niveles de atención a símbolos pro-tolerancia. (431)

Algunos ejemplos prácticos contemporáneos de cómo sería esta táctica, podrían ser: la ubicuidad de la propaganda pro-diversidad después de ataques islamistas; Charlottesville; tiroteos en las escuelas; pánicos morales acerca del racismo; exageraciones de parte de la ADL sobre la amenaza constante del antisemitismo; asesinatos de parte de migrantes; y migrantes ahogándose en el Mediterráneo.
El punto aquí es que sin importar el contexto, la “crisis” ha de manufacturarse en casi toda situación, para focalizar la atención sobre el verdadero objetivo — la entrega exitosa de mensajes “pro-tolerancia,” incluso (o especialmente) en circunstancias en las cuales la tolerancia se demostró fatal para la población huésped. Los judíos o, en el fraseo más ambiguo, los “agentes pro-tolerancia,” deberían lograr (en las propias palabras de Flowerman) la ambiciosa trifecta de “control, saturación, crisis.” (432) Crisis es, por lo tanto, la tercera condición de Flowerman.

La cuarta condición es el logro de una alteración de las predisposiciones en el individuo por vía de una modificación de su entorno y de presión de grupo. Aquí Flowerman argumenta que la propaganda “pro-tolerancia” no debería depender de medios intelectuales, sino de “la percepción social, la cual es afectada por las predisposiciones del público. A su vez, estas disposiciones son actitudes cargadas con afecto, que pueden haber sido producidas por padres, maestros, compañeros, etc.” (432)

El punto aquí es que Flowerman y la pandilla de las comunicaciones de masa, creen que su propaganda sería mejor recibida por las masas si el contexto psicológico de recepción fuera modificado. En otras palabras, la gente criada dentro de la mayoría demográfica, que está imbuida con un sentido de orgullo comunal, responsabilidad social, logros culturales, y propósito nacional, es poco probable que pueda ser predispuesta a ser receptiva hacia los mensajes en nombre de extraños. Por lo tanto, alguna intervención en la cultura y en la interacción entre pares era necesaria para romper semejante obstáculo a la recepción de propaganda “pro-tolerancia.” Como un ejemplo, retornamos ahora al artículo de 1950 de Flowerman para The New York Times Magazine, en el que argumenta a favor del entrenamiento de los maestros “como ingenieros de relaciones humanas en vez de instructores de aritmética y ortografía.”[3] Los niños pueden así ser “diseñados” para ser más receptivos a la propaganda “pro-tolerancia” en la adultez.

Esta condición se mezcla con la quinta — la manipulación del instinto básico de los humanos de conformarse a los estándares de grupo. Flowerman escribe:

Consciente o inconscientemente, los individuos usan marcos de referencia grupales en situaciones sociales, incluso cuando están físicamente separados del grupo… La fortaleza de las sanciones de grupo es una fuerza potente a tener en cuenta, incluso para un individuo con un ego poderoso… parecería entonces, que para que la propaganda masiva en beneficio de grupos ajenos sea exitosa,  ésta tendría que modificar los estándares del grupo propio… La propaganda masiva pro-tolerancia, para ser exitosa, tendría que cambiar dichos valores, lo que sería difícil de imaginar sin control, saturación, crisis, etc. (432)

Lo que Flowerman está proponiendo aquí es esencialmente una revolución de valores, después de la cual surge una cultura políticamente correcta, donde la mayoría demográfica se autocontrola y se vuelve antagonista hacia sus intereses étnicos propios. En este entorno — logrado por medio de “control, saturación, crisis” — la fortaleza de las sanciones dentro del grupo de los blancos estadounidenses es dirigida contra las manifestaciones de etnocentrismo propio del grupo, en vez de hacia los extranjeros. Es nada menos que una propuesta para la cultivación de culpa blanca y altruismo patológico, y la reducción del etnocentrismo blanco y del orgullo cultural.

La sexta condición es la cultivación de figuras influyentes en nombre de la agenda “pro-tolerancia.” Esto requirió mucha sutileza. Flowerman escribe que la investigación de sus colegas y co-étnicos de comunicaciones de masa, muestra que los blancos de su propaganda:

están dispuestos a asignarles a algunos individuos un sello de aprobación, el cual les niegan a otros…
Sabemos que muchos volantes escritos y avalados por héroes populares y aceptados incluso por individuos prejuiciosos, son rechazados frecuentemente con la excusa de que son distribuidos por grupos minoritarios en su propio interés. Varios individuos prejuiciosos no pueden concebir una distribución semejante de parte de grupos dominantes. (434)

Flowerman se está quejando aquí del hecho de que algunos miembros de la mayoría demográfica son lo suficientemente perceptivos como para indicar claramente el verdadero origen de la propaganda “pro-tolerancia,” y para rechazarla en base a eso. Por “grupos minoritarios,” el evasivo Sr. Flowerman se refiere por supuesto, a los judíos. Luego cita un caso específico:

En un experimento llevado a cabo en la Universidad de Chicago por Bettelheim, Shils, y Janowitz, veteranos fueron expuestos a propaganda pro-tolerancia, incluyendo unos dibujos animados de Bill Mauldin. Un encuestado prejuicioso, compartiendo la estima general en la que este soldado-dibujante es tenido por ex GIs, dijo que consideraba a Mauldin “un tipo normal,” pero que si le pagas lo suficiente a un hombre, puedes hacer que haga lo que sea; éste individuo creía que el material que vio estaba siendo distribuido por “un par de comunistas de Nueva York.” (433)

Entonces vemos la patologización de un veterano, a causa de que percibió con sorprendente exactitud la mano subversiva detrás del uso de un ícono popular, para promocionar una agenda totalmente extraña a sus intereses. A pesar de las excepciones como este veterano, la susceptibilidad general de las masas fue considerada lo suficientemente alta como para avanzar con la estrategia de “patrocinio.” Como resultado, responde Flowerman,

Propagandistas, reconociendo la necesidad de fuentes de autoridad impecables, están produciendo material patrocinado por héroes populares en deportes, entretenimiento, y en las fuerzas armadas. Recientemente ha sido desarrollado un plan para promover la inserción de publicidades de página completa en periódicos, pagadas y patrocinadas por organizaciones empresariales locales “respetables.” El efecto de esta campaña tendrá que ser determinado. (433)

Desarrolladas junto con sus colegas en el Instituto de Investigación Social y la pandilla de las comunicaciones de masa, éstas son entonces las 6 condiciones de Flowerman para una transformación radical de los valores en la mayoría demográfica blanca estadounidense:

  • Control de los canales de comunicación masiva;
  • Saturación con mensajes Pro-tolerancia;
  • Crisis, diseñada o accidental;
  • Disminución del orgullo cultural y de la autoestima;
  • Cultivación del autocastigo y de la auto-sanción del grupo;
  • Patrocinio de ilusos voluntarios o traidores

A pesar de que estas 6 condiciones conforman la mayor parte del cuerpo de “Propaganda Masiva en la Guerra contra la Intolerancia,” Flowerman además pasa algo de tiempo discutiendo el contenido ideal de la propaganda “pro-tolerancia.” A este respecto, comenta:

La característica más chocante, la punta de lanza de la propaganda, es el eslogan… Los eslóganes actuales pro-tolerancia o anti-intolerancia, impulsan la unidad y la amistad, advierten en contra de estar divididos en base a diferencias raciales o religiosas, describen nuestro origen común como inmigrantes hacia estas costas, remueven mitos sobre diferencias raciales, y denuncian a los intolerantes y la intolerancia. Algunos eslóganes populares son: No seas Imbécil!, Todos estadounidenses — Inmigrantes todos, Todas las Razas y Todos los Credos Trabajando Juntos, etc.

No Seas Imbécil! fue el nombre de una película de la época de la guerra producida por el Cuerpo de Señales del ejército en una época en la que colaboraba fuertemente con directivos y guionistas judíos de Hollywood; su centro de producción cinematográfica estaba siendo dirigido por el coronel Emmanuel ‘Manny’ Cohen.[4] Según Wikipedia, el film:

tiene temas antirracistas y antifascistas, y fue hecho para educar a los espectadores sobre prejuicio y discriminación. El film fue hecho además, para abogar por la desegregación en las fuerzas armadas de Estados Unidos.
Un estadounidense que estuvo escuchando a un demagogo racista e intolerante, el cual estaba predicando discurso de odio contra minorías étnico-religiosas e inmigrantes, es advertido por un inmigrante húngaro naturalizado, posiblemente un sobreviviente o fugado del Holocausto, quien le explica cómo esa retórica y esa demagogia les permitieron llegar al poder a los Nazis en la República de Weimar, y les advierte a los estadounidenses que no caigan por una demagogia similar, propagada por estadounidenses racistas.
En Agosto de 2017 el film corto se hizo viral en internet, luego de la violenta manifestación Unite the Right de Charlottesville, Virginia, y varias copias fueron subidas a plataformas de video el año pasado.

Sin embargo Flowerman estaba desconforme con los eslóganes de su tiempo, creyéndolos muy “generales en naturaleza, vagos como objetivos, e inespecíficos como métodos.” (434) Él creía que definiendo meramente al fascismo como el enemigo era insuficiente porque, en aquel entonces, la población huésped creía que “el fascismo era un fenómeno estrictamente extranjero, característico particularmente de Alemania.” La propaganda retratando al fascismo como el enemigo, por lo tanto, iba a ser inefectiva para hacer que la población huésped vea sus propios valores como oposicionales y requiriendo destrucción. Refiriéndose a trabajos como La Personalidad Autoritaria, Flowerman escribe: “Abundan estudios en los cuales los sujetos adhieren a postulados del fascismo, aunque rechazan la etiqueta de fascista. La omnipresencia del prejuicio en tanto individuos hace difícil establecer un enemigo real.” (434) Él reconoce que “en mucha propaganda anti-tolerancia” el enemigo es definido como “Protestantes nativos blancos,” pero deja en claro que él desea que esto sea expandido por “razones lógicas y psicológicas.” Uno recibe la impresión de que eslóganes como “La Diversidad es nuestra Fortaleza” y “La Lucha contra el Odio” les habrían resultado muy satisfactorios.

*****

Nos encontramos ahora volviendo a nuestro punto de partida. “La historia entera es claramente absurda,” decía Jason Wilson de The Guardian, cuando discutía “teorías de la conspiración” sobre Marxismo Cultural. Consideren nuevamente a lo que él dice que esta “teoría de la conspiración” equivale:

La moda por las ideas de teóricos como Herbert Marcuse y Theodor Adorno en la contracultura de los 1960s, culminó con la ocupación por parte de sus acólitos, de las cúspides dirigentes de las más importantes instituciones culturales, desde las universidades hasta los estudios de Hollywood. Allí, la conspiración dice, ellos promocionaron e incluso aplicaron ideas que tenían como intención destruir los valores cristianos tradicionales y derrocar la libre empresa: feminismo, multiculturalismo, derechos homosexuales y ateísmo. Y esto, aparentemente, es de donde viene la corrección política. Les juro: eso es lo que realmente piensan… La teoría del Marxismo Cultural es además flagrantemente antisemita, nutriéndose de la idea de los judíos como una quinta columna derribando la civilización occidental desde dentro, un tropo racista que tiene una historia más larga que el Marxismo.

Ante los hechos tratados en este ensayo, semejante teoría parecería estar totalmente corroborada, sólo requiriendo algunas alteraciones como que el proceso comenzó antes de los 1960s e involucró muchas más figuras que el staff del Instituto de Investigación Social. El problema con gente como Wilson es que ellos mismos son la prueba de la misma “teoría de la conspiración” que refutan. Criado bajo medios controlados, saturado con propaganda pro-tolerancia, bombardeado psicológicamente con crisis tras crisis, despojado de orgullo cultural, consumido por culpa blanca, e influenciado por “sponsors” vendidos, él es el producto perfectamente crédulo de los protocolos de Samuel H. Flowerman y la camarilla de las comunicaciones masivas.

No disparatado, pero sí más o menos ridículo, Wilson se vuelve un pigmeo intelectual pisándoles los talones a sus superiores — aquellos que como el veterano en el estudio de Bettelheim, Shils y Janowitz, ven el verdadero origen de la propaganda y son patologizados por su perspicacia.


[1] Flowerman, S. H., “Mass propaganda in the war against bigotry,” The Journal of Abnormal and Social Psychology, 42(4), (1947) 429-439.

[2] S.H. Flowerman and M. Jahoda, “The study of man – can prejudice be fought scientifically?” Commentary, Dec., 1946.

[3] S. H. Flowerman, “Portrait of the Authoritarian Man,” New York Times Magazine, April 23 1950, 31.

[4] See for example, Richard Koszarski, “Subway Commandos: Hollywood Filmmakers at the Signal Corps Photographic Center,” Film History Vol. 14, No. 3/4, (2002), 296-315.

“Modificar los estándares del grupo propio”: Sobre los Judíos y la Comunicación de Masas — Parte I de II

“Para que la propaganda masiva en beneficio de grupos ajenos sea exitosa,  tendría que modificar los estándares del grupo propio.”
Samuel H. Flowerman, Propaganda Masiva en la Guerra contra la Intolerancia, 1974
.[1]

“La historia entera es claramente absurda [barmy].” Esto es lo que el periodista de The Guardian, Jason Wilson, tuvo para decir en un artículo del 2015 discutiendo “teorías conspirativas” sobre el Marxismo Cultural. Barmy, para los no iniciados, es un adjetivo británico informal con los significados “disparatado; loco; extremadamente tonto.”
Wilson continúa, intentando explicar “la historia entera”:

La moda por las ideas de teóricos como Herbert Marcuse y Theodor Adorno en la contracultura de los 1960s, culminó con la ocupación por parte de sus acólitos, de las cúspides dirigentes de las más importantes instituciones culturales, desde las universidades hasta los estudios de Hollywood. Allí, la conspiración dice, ellos promocionaron e incluso aplicaron ideas que tenían como intención destruir los valores cristianos tradicionales y derrocar la libre empresa: feminismo, multiculturalismo, derechos homosexuales y ateísmo. Y esto, aparentemente, es de donde viene la corrección política. Les juro: eso es lo que realmente piensan… La teoría del Marxismo Cultural es además flagrantemente antisemita, nutriéndose de la idea de los judíos como una quinta columna derribando la civilización occidental desde dentro, un tropo racista que tiene una historia más larga que el Marxismo.

Releyendo este artículo recientemente, me pregunté qué diría el Sr. Wilson si le dijera que poseo un documento donde un judío influyente vinculado a Marcuse y a Adorno inequívocamente delinea un esquema para la captura de los medios, el lavado cerebral masivo de las poblaciones blancas con propaganda multicultural, la manipulación de la cultura del grupo propio, para hacerla hostil a su propio sentido de etnocentrismo, la difusión de una cultura de corrección política, y, por último, la cooptación de Occidente por parte de un pequeño clique étnico, persiguiendo sus propios intereses bajo el disfraz de la “promoción de tolerancia.” Me pregunto qué diría si le dijera que el mismo judío operaba una red de cientos, sino miles, de otros judíos intelectuales involucrados en la misma única tarea — desbloquear una puerta “trasera” psicológica hacia la cultura blanca, para reorientarla completamente. Pienso que estoy acertado en asumir que el Sr. Wilson me llamaría “barmy,” y me acusaría de regurgitar los Protocolos de los Sabios de Sion. Sospecho que él creería que soy un fantasioso y anti-judío teórico de la conspiración. Sé que él descartaría incluso la posibilidad de que tal documento existiese. Y sin embargo sí existe.

El Contexto Intelectual

Es bastante posible que ninguno de ustedes haya escuchado el nombre de Samuel H. Flowerman, pero puedo decir con certeza que todos ustedes sin embargo, lo conocen. Si están incluso remotamente familiarizados con la Escuela de Fráncfort, entonces están familiarizados con un aspecto de su trabajo. Y, como pronto discutiremos, si se encuentran viviendo en una cultura lobotomizada para odiarse a sí misma, entonces conocen otro —aunque relacionado, — aspecto de su trabajo. Flowerman, debe ser reconocido, ha sido en gran medida olvidado por la historia. Él acecha entre las sombras más grandes dejadas por “los destierros.” Pero Flowerman fue, en ciertos aspectos, un miembro del círculo de la Escuela de Fráncfort como cualquier otro. Por supuesto, él no nació en Alemania. Tampoco fue un miembro de la Escuela de Fráncfort de Investigación Social. Flowerman nació en Manhattan en 1912, el nieto de un joyero que llegó en barco desde el distrito judío de Varsovia en 1885. Y sin embargo él alcanzaría más tarde suficiente influencia dentro de su propio grupo — como activista y psicólogo —, como para ejercer de Director de Investigación para el Comité Judío Estadounidense, y más célebremente, como para dirigir y coeditar la serie Estudios sobre Prejuicio, con Max Horkheimer.

Para la mayoría de quienes de hecho han escuchado sobre él, éste es quizá el mayor grado de su conocimiento sobre Flowerman. Y de no ser por un accidente, ciertamente también representaría los límites del mío. Muy recientemente, sin embargo, estaba haciendo algo de investigación sobre activismo judío en el fondo cultural precedente al Caso Brown contra el Consejo de Educación [Brown v. Board of Education], y me encontré, como tantas otras veces antes, cayendo en el abismo. Luego de haberme focalizado inicialmente en las figuras de Jonathan Kozol  y Horace Kallen (cuya influencia se extiende mucho más allá de la popularización de lo que él acuñó como “pluralismo cultural”), me encontré con un artículo del 2004 en la Revista de Historia Estadounidense [Journal of American History], de Daryl Scott de la Universidad Howard, titulado “Pluralismo de Posguerra, Brown contra el Consejo de Educación, y los Orígenes de la Educación Multicultural.”[2] Scott mencionaba a Flowerman debido al deseo de éste (pre-Brown), de inyectar teorías derivadas de Estudios sobre Prejuicio en el sistema educativo, creyendo que moldear a los niños era uno de los mejores métodos para lograr un cambio socio-cultural duradero y a largo plazo [ver aquí  la evidencia de que esta política sigue vigente hoy en día, en manos de la Liga Antidifamación].

Flowerman, un fan del psicoanálisis post-freudiano, poseía formación tanto en el estudio de la educación como de la comunicación de masas, y esto orientó fuertemente su pensamiento y su activismo. En particular, él tenía dudas de que la propaganda masiva pueda, por sí misma, directamente efectuar un cambio significativo entre las masas de blancos, y hacerlos abandonar su “prejuicio y autoritarismo latente” [i.e. reconocer su propio interés étnico]. En cambio, estaba fascinado por la manera en que la presión de grupo de pares ejercía influencia sobre los niños escolares individuales que él había estudiado, junto con la influencia potencial de los maestros tanto como modeladores de mentes cuanto como meros educadores. Por ejemplo, en un artículo de 1950 de la The New York Times Magazine titulado “Retrato del Hombre Autoritario,” Flowerman argumentaba que, para producir “personalidades menos susceptibles a ideas autoritarias, tenemos que  aprender cómo elegir mejores maestros y entrenarlos mejor; debemos verlos como ingenieros de relaciones humanas en vez de instructores de aritmética y ortografía.”[4]

El resultado combinado de su investigación y pensamiento en estas áreas fue su argumento de que debería ser deseable que la gente como él lograra controlar los medios masivos de comunicación. No sólo —sostenía Flowerman —, debería este control ser usado como propaganda “pro-tolerancia” general, sino también debería reformar los estándares del grupo propio — de esa manera, reformando las presiones de grupo de pares para que se vuelvan antagónicas al etnocentrismo del grupo propio. Su (entonces) altamente ambicioso objetivo era una cultura que se vigilara a sí misma: una cultura políticamente correcta, en la cual los blancos, vía presión de pares, se conformasen a nuevos valores — valores mucho más accesibles para los judíos. Sus opiniones y objetivos fueron resumidos más tarde por Herbert Greenberg, un colega y         co-étnico en la misma área, en 1957:

Flowerman des-enfatizó el valor y la efectividad de la propaganda como técnica para reducir prejuicio. Él también está de acuerdo con la concepción de que las técnicas basadas en estructuras de grupo y relaciones interpersonales son las más efectivas.

Flowerman y Greenberg fueron sólo dos miembros de lo que fue efectivamente una serie de batallones interconectados de psicólogos y sociólogos judíos operando con un tipo de fervor religioso en los campos de “estudios de prejuicio,” formación de opiniones, y medios masivos de comunicación entre los años 1930s y 1950s, todo con el objetivo de “desbloquear” la mente del blanco y abrirla a la “tolerancia.” En una remarcable invasión (y creación) de disciplinas similar al diluvio judío, sobre las ciencias médicas y raciales en los 1920s y 1930s, los judíos también inundaron, y luego dominaron, los campos de investigaciones de opinión y de comunicaciones de masa — áreas de investigación que se solapaban tan frecuentemente bajo académicos judíos como Flowerman, que eran prácticamente indistinguibles.

Incluso una revisión rápida de la lista de los Presidentes anteriores  revela que los judíos estaban vastamente sobrerrepresentados, si no dominaban, la membresía y las presidencias tanto de la Asociación Norteamericana para la Investigación en Opinión Pública (AAPOR), como de la Asociación Mundial para la Investigación en Opinión Pública (WAPOR). Y de los 4 académicos considerados como los “padres fundadores” de la investigación en comunicaciones de masas en Estados Unidos, dos (el vienés Paul Lazarsfeld y Kurt Lewin) fueron judíos. De los dos padres fundadores euroamericanos, la mayoría de los estudiantes de posgrado de Harold Lasswell fueron judíos[6] (v. gr. Daniel Lerner, Abraham Kaplan, Gabriel Almond, Morris Janowitz, y Nathan Leites) y él además auspició el proyecto sobre antisemitismo del Instituto de Investigación Social. El cuarto, Carl Hoveland, tuvo un círculo igualmente judío a su alrededor en Yale, donde dirigió un equipo de investigadores junto con Milton Rosenberg y Robert Abelson. El historiador Hynek Jeřábek nota que la influencia de Lazarsfeld en particular, no puede subestimarse — para el año 1983, 7 años después de su muerte, “los directores de investigación social en las tres más grandes redes de medios de comunicación, CBS, ABS, y NBC, eran todos antiguos alumnos suyos.”[8] Otro judío, Jay Blumler, ha sido llamado “el padre fundador de los estudios británicos de medios de comunicación.[9]

De hecho, la dominancia judía en el estudio de la opinión pública (y el potencial para su manipulación) simplemente no puede ser sobrevalorada. Además de aquellos ya nombrados, Joseph Klapper, Bernard Berelson, Fritz Heider, Leo Bogart, Elihu Katz, Marie Jahoda, Joseph Gittler, Morris Rosenberg, Ernest Dichter, Walter Weiss, Nathan Glazer, Bernard J. Fine, Bruno Bettelheim, Wallace Mandell, Hertha Hertzog, Dororthy Blumenstock, Stanley Schachter, David Caplovitz, Walter Lippmann, Sol Ginsburg, Harry Alpert, Leon Festinger, Michael Gurevitch, Edward Shils, Eugene Gaier, Joseph Goldsen, Julius Schreiber, Daniel Levinson, Herbert Blumer, I. M. A. Myers, Irving Janis, Miriam Reimann, Edward Sapir, Solomon Asch, y Gerald Wieder fueron sólo algunos de los cientos de fuertemente influyentes académicos trabajando en estos campos, que nacieron en familias judías, se asociaron fuertemente con otros judíos, contribuyeron con trabajo para organizaciones judías, se casaron con co-étnicos, y sin embargo se interesaron con un cierto grado de fanatismo, en la opinión y el etnocentrismo de los blancos en Estados Unidos. Esto sin decir nada sobre sus estudiantes de posgrado, que se contaban por miles.

A pesar de algunas diferencias superficiales en los títulos de “investigación de opinión,” “estudios de prejuicio,” y “comunicación de masas,” todos estos académicos trabajaron conjuntamente en cierta medida, si no directamente (en organizaciones o en artículos coescritos), entonces vía asociaciones mutuas. Por ejemplo, es un hecho histórico que, además de que tres de los cuatro padres fundadores de la comunicación de masas fueron judíos, los tres estuvieron íntimamente involucrados con la Escuela de Fráncfort y la más amplia agenda judía de ‘adaptar’ la opinión pública. Paul Lazarsfeld y Kurt Lewin, los dos gurús de la comunicación de masas, asistieron juntos a una conferencia sobre antisemitismo organizada por el Departamento de Investigación del Comité Judío Norteamericano (dirigida por Samuel H. Flowerman) y la facción de Berkeley de la Escuela de Fráncfort en el exilio (dirigida por Theodor Adorno).[10] David Kettler y Gerhard Lauer también mencionan que Lazarsfeld estaba en comunicación regular con Max Horkheimer, era “fuertemente favorable al Círculo de Horkheimer y su trabajo,” e incluso le suministró a éste “notas y recomendaciones para el inédito ‘Antisemitismo entre Obreros Estadounidenses’ del círculo de Horkheimer.[11] Él también fue colega en Columbia y confidente cercano de Leo Lowenthal.[12] Para finales de los 1940s, la ex esposa y madre de los hijos de Lazarsfeld, Marie Jahoda, había incluso llegado a actuar como el nexo del Comité Judío Estadounidense entre Horkheimer y Flowerman, y además coescribió un número de artículos sobre “prejuicio” con comentarios de Flowerman.

Uno ya debería ahora empezar a ver conexiones claras formándose entre el Comité Judío Norteamericano, la Escuela de Fráncfort, “estudios de prejuicio,” dominación judía del campo académico de “comunicación de masas,” y finalmente, el flujo de influencia desde este campo hacia los medios masivos (más claramente en las posiciones obtenidas rápidamente en CBS, ABC, y NBC, por los alumnos de Lazersfeld). Estas conexiones serán importantes más adelante.

Una hipótesis de trabajo razonable para semejante concentración de judíos mutuamente interconectados (frecuentemente desde diferentes países) en estas áreas de investigación, podría ser que la identidad judía y los intereses judíos jugaron una parte significativa en sus elecciones de carrera, y que la tendencia fue luego acelerada mediante nepotismo étnico y promoción dentro del grupo. Jeřábek parece estar de acuerdo, cuando declara que “el origen judío de Paul Lazarsfeld, o el hecho de que mucha gente alrededor suyo en Viena fuera judía, puede ayudar a explicar sus futuras afinidades, amistades, o decisiones.”[13]

Dejando de lado el profundo contexto histórico de conflicto entre judíos y europeos, una explicación contingente y contemporánea podría consistir en que los judíos fueron movidos hacia campos tratando la opinión de masas y las percepciones de prejuicio, debido a que se sentían profundamente disturbados por el ascenso del Nacional Socialismo.

Una explicación más general, pero quizá más convincente, considerando sus actividades en el tiempo, es que estos judíos se sentían de hecho disturbados ante cualquier forma de cultura blanca huésped, étnicamente definida y asertiva. Por ejemplo, algunos de los académicos nacidos en el exterior arriba nombrados, tales como Marie Jahoda o Ernest Dichter, habían sido arrestados y detenidos en la Viena pre-Anschluss, pre-Nacional Socialista, como subversivos culturales y políticos a principios de los 1930s. Ellos entonces lograron llegar a los Estados Unidos o al Reino Unido, donde continuaron más o menos con la misma conducta. Es altamente probable que estos individuos hayan buscado tanto entender como cambiar los mecanismos de la opinión y de la comunicación de masas en sus poblaciones huéspedes, para hacerlas más dóciles a los intereses judíos. Cuando eran efectivamente exiliados de una población huésped, ellos meramente trasplantaban sus ambiciones a una nueva. La única hipótesis alternativa, durante largo tiempo utilizada en apologética judía para cualquier instancia similar de sobrerrepresentación judía, es que grandes números de judíos mutualmente interconectados se juntaron en estas disciplinas puramente por accidente. Nathan Cofnas y Jordan Peterson, por ejemplo, podrían argumentar que los judíos accidentalmente entraron en estas áreas en masse, simplemente debido a que poseen un alto coeficiente intelectual y gustan de vivir en ciudades. El problema con semejantes razonamientos es que el trabajo producido por estos académicos y activistas estuvo tan fuertemente focalizado contra la opinión de los Blancos estadounidenses — en vez de aparecer accidental o al azar —, que indica de manera consistente, que estos académicos entraron al campo de las comunicaciones de masas con una agenda clara y en común. Por ejemplo, el académico judío de medios masivos de comunicación Bernard Berelson no fue sólo un investigador en opinión pública, sino que también condujo una serie de tests de propaganda sobre cómo hacer que los blancos norteamericanos consideren su propio etnocentrismo como algo aborrecible. En 1945 condujo un estudio en el que un dibujo animado que establecía conexiones entre el fascismo y la cultura norteamericana, fue presentado ante el público. El dibujo animado, titulado “Los fantasmas van hacia Occidente…,” mostraba fantasmas abandonando las tumbas de Hitler, Mussolini, y Goebbels, y volando hacia Estados Unidos llevando consigo carteles que decían: “Abajo con los sindicatos, los extranjeros, los judíos, los católicos, y los negros.” El mensaje era claramente que la “intolerancia” en Estados Unidos era básicamente el fantasma demoniaco del fascismo. Interesantemente, sin embargo, el estudio encontró que los judíos expuestos a este dibujo animado estaban tan fijados en el cartel que perdieron el mensaje subyacente, y creyeron que dicho dibujo animado había sido una creación de la ultra derecha. La potencialmente confusa naturaleza de esta pieza significó que nunca fue implementada como arma de propaganda “pro-tolerancia.”[14]

Berelson fue además también colega y amigo de Frederick S. Jaffe, el entonces vicepresidente judío de Planned Parenthood. Tanto Jaffe como Berelson más tarde se volvieron algo famosos debido a un memo (conocido en historia como el Memo Jaffe) enviado en 1969 desde el primero hacia el último, en el cual el sociópata anti-blanco Jaffe expuso su propia serie de protocolos, incluyendo una tabla que resumía varias proposiciones de varias fuentes en relación a control poblacional. Esta tabla contenía propuestas tales como abortos obligatorios para nacimientos fuera del matrimonio, esterilización para mujeres con más de dos hijos, fomento de la homosexualidad, y el fomento del trabajo femenino. Ambos habrían de trabajar juntos más tarde en el infame Informe de la Comisión Rockefeller de 1972, el cual incorporó varias propuestas de Jaffe. Vemos por lo tanto, más nexos entre judeidad, “estudios de prejuicio,” disciplina de los estudios de comunicación de masas, y de manera más general, activismo judío anti-blanco.

En realidad, el trabajo de todos estos académicos orbitó sobre los mismos temas, si no abiertamente, entonces en secreto (como en el caso del trabajo de Lazarsfeld con el Instituo de Investigación Social). Marie Jahoda, la subversiva ex austríaca, produjo una serie de estudios que fueron meras variaciones sobre el tema del etnocentrismo blanco, algo que ella patologizó célebremente en Antisemitismo y Desorden Emocional (1950), [15]   En el mismo año, Morris Janowitz y Bruno Bettelheim trabajaron juntos para producir Dinámica del Prejuicio.[16] Herbert Blumer produjo “El Prejuicio de Raza como un Sentido de Posición de Grupo.” [19] Fritz Heider trabajó con Kurt Lewin y Solomon Asch para descubrir las maneras en que la conformidad podría alterar la conducta de grupo y las opiniones individuales. [20] Ernest Dichter creía que sus estudios sobre comunicación de masas en marketing podrían conducir al desarrollo de técnicas persuasivas que podrían “detener la nueva ola de antisemitismo.” [21] EL trabajo de Walter Weiss trató sobre “comunicación de masas, opinión pública, y cambio social, en cuanto se relacionan al cambio de actitudes raciales.” [22] Y además de su trabajo sigiloso con el Instituto de Investigación Social, Paul Lazarsfeld, mientras trabajaba en el Bureau de Investigación Social Aplicada en la Universidad de Columbia, introdujo la noción de “contabilidad social,” un servicio sistemático que habría de notar y evaluar “el prejuicio” en cualquier material que apareciera en los medios masivos de comunicación. Podría continuar. 

Marie Jahoda

Lo que vemos aquí es el origen de una gran empresa conjunta judía, cuyo objetivo consiste en el desciframiento y la alteración de la opinión pública de los blancos estadounidenses. Esto no es una teoría de la conspiración, sino un hecho establecido y demostrable. En cierto sentido, la Escuela de Fráncfort, o el Instituto para la Investigación Social, fueron sólo la punta del iceberg. Horkheimer, Adorno y otros, se basaron en, e inspiraron a un gran ejército de académicos judíos trabajando en los campos de opinión pública y comunicación de masas. Éste fue un cuerpo de académicos y activistas ávidos por traducir en acción las teorías sobre “el prejuicio y la personalidad autoritaria” — cambiar la opinión y el pensamiento de la población huésped. Ellos continuarían desarrollando formas para evaluar y analizar futuros objetivos, y sus estudiantes habrían de tomar posiciones dominantes en los campos de los medios masivos y la comunicación de masas. En muchos casos estos académicos hablan abiertamente de la necesidad de controlar los medios y de la diseminación masiva de propaganda sofisticada (todo lo que pudo ser evaluado y perfeccionado a costa de sus universidades, en nombre del ‘estudio de prejuicio’). De todos estos activistas, sin embargo, ninguno produjo un trabajo tan contundentemente subversivo como el ensayo de Samuel Flowerman de 1947 “Propaganda de Masas y la Guerra contra la Intolerancia.” Es sobre los protocolos de Samuel H. Flowerman, que dirigimos ahora nuestra atención.

Parte 2.


[1] Flowerman, S. H., “Mass propaganda in the war against bigotry,” The Journal of Abnormal and Social Psychology, 42(4), (1947) 429-439.

[2] D. M. Scott, “Postwar Pluralism, Brown v. Board of Education, and the Origins of Multicultural Education,” Journal of American History, Vol 91, No 1 (2004), 69–82.

[3] For an example of Flowerman’s thoughts on Freud and psychoanalysis see S. H. Flowerman, “Psychoanalytic Theory and Science,” American Journal of Psychotherapy, Vol. 8, No. 3, 415-441.

[4] S. H. Flowerman, “Portrait of the Authoritarian Man,” New York Times Magazine, April 23 1950, 31.

[5] Herbert Greenberg, “The Effects of Single-Session Education Techniques on Prejudice Attitudes,” The Journal of Educational Sociology, Vol. 31, No. 2 (1957), 82-86, 82.

[6] Ido Oren, Our Enemies and US: America’s Rivalries and the Making of Political Science, (Ithaca: Cornell University Press, (2003), 13.

[7] Thomas Wheatland, The Frankfurt School in Exile (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2009), 384.

[8] Hynek Jeřábek, Paul Lazarsfeld and the Origins of Communications Research, (New York: Routledge, 2017), 18.

[9] James Curran, “Jay Blumler: A Founding Father of British Media Studies,” in Stephen Coleman (ed) Can the media save democracy? Essays in honour of Jay G. Blumler (London: Palgrave, 2015).

[10] John P. Jackson and Nadine M. Weidman, Race, Racism, and Science: Social Impact and Interaction (New Brunswick: Rutgers University Press), 176.

[11] David Kettler and Gerhard Lauer, Exile, Science and Bildung: The Contested Legacies of German Emigre Intellectuals (New York: Palgrave, 2005),  184.

[12] James Schmidt, “The Eclipse of Reason and the End of the Frankfurt School in America,” New German Critique 100 (2007), 47-76, 47.

[13]Jeřábek, Paul Lazarsfeld and the Origins of Communications Research, 23.

[14] Bureau of Applied Social Research, “The Ghosts Go West”: A Study of Comprehension, (Unpublished), 1945, Directed by Bernard B. Berelson. Cited in Flowerman, S. H., “Mass propaganda in the war against bigotry,” 438.

[15] See for example, “The dynamic basis of anti-Semitic attitudes,” The Psychoanalytic Quarterly, Vol. 17, No. 2, (1948); “The evasion of propaganda: How prejudiced people respond to anti-prejudice propaganda” The Journal of Psychology, 23 (1947), 15-25; Studies in the scope and method of “The authoritarian personality. (New York, NY, US: Free Press, 1954); “Race relations in Public Housing,” Journal of Social Issues, Vol. 7, No. 1-2 (1951).

[16] Morris Janowitz and Bruno Bettelheim, Dynamics of Prejudice (New York: Harper and Brothers, 1950).

[17] Joseph Gittler, “Measuring the Awareness of the Problem of Group Hostility,” Social Forces, Vol. 34, No. 2 (Dec., 1955), 163-167.

[18] Joseph Gittler, ”Man and His Prejudices,” The Scientific Monthly, 69 (1949 ), 43-47.

[19] Herbert Blumer, ““Race Prejudice as a Sense of Group Position,” Pacific Sociological Review, 1 (Spring 1958), 3-7.

[20] Irvin Rock and Stephen Palmer, “The Legacy of Gestalt Psychology,” Scientific American, Dec 1990, 84-90, 89.

[21] Ernest Dichter, The Strategy of Desire (New York: Routledge, 2017), 15.

[22] Bert T. King and Elliott McGinnies, Attitudes, Conflict, and Social Change (New York: Academic Press, 1972), 124.

 

 

 

 

Reflexiones sobre la Historia del Hoax Judío

Andrew Joyce: “Reflections on the History of the Jewish Hoax

“El relato de The Times sobre lo que ocurrió en cada uno de esos lugares contiene las más grandes exageraciones, y el relato sobre lo que ocurrió en algunos de esos lugares es totalmente falso.”
Cónsul General Británico Stanley, sobre los ‘pogromos’ rusos, enero de 1882

Introducción

El humorista decimonónico Josh Billings una vez escribió que “no hay mejor evidencia de inteligencia superior, que no sorprenderse ante nada.”

Demostrando su inteligencia superior en cuestiones judías, pocos eventos conmocionaron menos a la Derecha Alternativa que el reciente arresto de un adolescente judío en Israel, por amenazas de bomba falsas contra centros comunitarios judíos en los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.

Aunque ya han pasado varias semanas desde el epicentro de este engaño,  la mera magnitud de su presente revuelo político y mediático es profundamente significativa, y merece aún más discusión y contextualización.

De particular interés son las acciones y la afectación de la Liga Anti-Difamación (ADL), descarada en su inmediata aseveración de que el responsable del hecho había sido un antisemita blanco, nuevamente demostrando gran tenacidad en el ejercicio de su considerable influencia política y cultural.

Utilizando las más endebles narrativas, sustentadas por una igualmente sospechosa “historia de persecución,” la ADL fue capaz de diseminar el mito del victimismo judío en los medios, asegurarse asesoría de alto nivel con el FBI, e incluso reprender públicamente al presidente de los Estados Unidos por su respuesta “inadecuada.” En especial, la negativa de Trump de asumir automáticamente que las amenazas de bomba habían sido un “crimen de odio,” fue recibida con amargas reprimendas por varias organizaciones judías.

Luego de que el  norteamericano-israelí responsable fuera aprehendido,  alguien ingenuo podría haber esperado algo de humildad o de autoconciencia de parte de estos grupos. Sin embargo, en una evolución que nuevamente no logrará sorprender a la Derecha Alternativa, la ADL se demostró impenitente e intransigente. Con arrogancia extrema, la organización publicó una declaración leyendo: “Mientras los detalles de este crimen permanecen confusos, el impacto de las acciones de este individuo es claro como el cristal: estos fueron actos de anti-semitismo.”

A pesar de que los judíos mismos parecen haber aprendido poco de este episodio, al menos nos provee con algo de material para la reflexión. De principio a fin, el episodio revela perfectamente en un microcosmos, la relación de los judíos con el anti-semitismo, la construcción de narrativas mediante las cuales los judíos se comprenden ellos mismos, y la importancia del mito y el engaño para mantener la identidad judía. En pocas palabras, el episodio reveló el núcleo de un fenómeno singular — el arquetípico ‘hoax judío.’ Dado que ningún lenguaje lidia mejor que el alemán con el concepto de sustantivo compuesto, podríamos incluso acuñar un término para este fenómeno — el Judenscherz.  Read more

“Dejar de ser Blanca”: Irlanda y el Activismo Radical Judío

“Cinco judíos llegaron desde el mar con regalos para Tairdelbach [Rey de Munster], y fueron devueltos nuevamente al mar.”
            Anales de Inisfallen, 1079 d. C.

“Propongo una interrogación sobre cómo la nación irlandesa puede dejar de ser blanca (cristiana y estable), privilegiando las voces de los racializados y subvirtiendo no sólo las políticas estatales de inmigración, sino también las de integración.”
Ronit Lentin (académica israelí), De estado racial a estado racista: Irlanda en vísperas del referéndum sobre ciudadanía, 2007.

Preludio

Tairdelbach de Munster (Turlough O´Brien, 1009-86), quien fue para el año 1079, efectivamente, el Alto Rey de Irlanda, probablemente mantiene el record de la expulsión de judíos más rápida en la historia. Él dominó la escena política irlandesa; había aplastado el liderazgo vikingo de Dublín y poseía “el estándar del Rey de los Sajones.” Su hijo incluso había comenzado a incursionar en Gales y la costa británica. Lamentablemente, dado que los Anales de Inisfallen son flojos en detalle, sólo podemos conjeturar los matices de la reacción del septuagenario, ante la improvista llegada de ese puñado de judíos con regalos. La delegación seguramente partió desde Normandía, donde los judíos prosperaban bajo una relación financiera de carácter simbiótico con Guillermo el Conquistador. Guillermo, por supuesto, había introducido judíos en la Inglaterra anglosajona 13 años antes del acercamiento a Tairdelbach, dejando abierta la posibilidad de que hayan podido viajar a Irlanda directamente desde uno de estos nuevos enclaves judíos en Inglaterra. De todas maneras, es casi certero que llegaron buscando permiso para asentarse en los centros urbanos de Irlanda, establecer una relación con la élite irlandesa (el mismo Tairdelbach), e incurrir en prácticas explotadoras de préstamo de dinero entre los órdenes sociales más bajos. Éste era un patrón que hasta el momento había sido atestiguado en toda Europa. Y sin embargo, la reacción de Tairdelbach fue rechazar los regalos y expulsar inmediatamente a los judíos. Éstos no serían capaces de formar ninguna comunidad en Irlanda por varios siglos.
Probablemente no sea ninguna coincidencia que Tairdelbach haya sido considerado como un Rey bueno y cristiano. Él mantuvo íntimas  relaciones con la Iglesia Irlandesa y con la Iglesia de Inglaterra, y fue el patrón de un número de figuras religiosas y de académicos. Fue casi sin duda un hombre letrado y bien educado, y su decisión de expulsar a la delegación judía puede haber estado basada en un cuerpo de conocimiento, en vez de puro instinto. Historiadores Aidan Beatty y Dan O´Brien comentan sobre esta expulsión:

Nadie en Irlanda había visto una persona judía antes de este incidente; sin embargo, los visitantes son descriptos inequívocamente como “cinco judíos” (coicer Iudaide), y el pueblo irlandés ya tiene una palabra para los judíos, Iudaide, una palabra gaélica medieval que claramente tiene sus raíces en las lenguas de la antigüedad clásica. Pero además de esa paradoja, aquí también hay cierto tipo de conocimiento cultural en funcionamiento. Los irlandeses medievales que no le dieron cabida a estos visitantes judíos “saben” algo sobre los judíos, o mejor dicho, piensan algunas cosas sobre los judíos: ellos “saben” que los judíos no son dignos de confianza, que los judíos trayendo regalos no deben ser recibidos. Y los judíos no son aptos para residir en Irlanda – deben ser expulsados del país.[1]

La impresión es, por lo tanto, que Tairdelbach fue un líder avispado y generoso, quien buscó el bien de su pueblo en vez del bien de su propia situación financiera a corto plazo.

La venganza judía, directa o indirecta, ocurrió un siglo después, cuando se terminaron los días de gloria de los Altos Reyes Gaélicos como Tairdelbach, gracias a la invasión normanda de Irlanda por parte de Ricardo “Strongbow” [Arco Fuerte] de Clare. Así como la invasión normanda de Inglaterra, Strongbow fue financiado por judíos; en este caso, el financista asentado en Inglaterra Josce de Gloucester. Luego de la invasión normanda, la élite normanda llevó a Irlanda un pequeño grupo de judíos, principalmente para desarrollar actividades financieras en los puertos, en vez de establecer asentamientos a gran escala. Una concesión fechada el 28 de julio de 1232 por el Rey Enrique III, y destinada a Peter de Rivel, le concedió el puesto de tesorero y canciller del erario público de Irlanda, de los puertos y de la costa del rey, y también “la custodia del judaísmo del Rey en Irlanda.” Estos pocos judíos sin nombre habrían sido dispensados después de la expulsión de Inglaterra del año 1290, y los judíos permanecieron ausentes de Irlanda hasta la época de Cromwell, quien también ocupa un lugar de notoriedad en la historia irlandesa.

Al seguir detrás a los normandos y a los ingleses, los judíos se han ubicado ciertamente en una dudosa trayectoria con respecto a los irlandeses. Pero quizá nada de lo visto en el pasado pueda compararse con lo que se ve en el presente. Porque es el globalismo lo que ha invadido ahora a Irlanda, y activistas judíos están formando el pensamiento y las políticas de la nueva cultura globalista imperial. 

Migración masiva y adoctrinamiento
Entre 2002 y 2016, la proporción de la población irlandesa nacida en el extranjero se elevó del 5.8% a más del 17%.[2] Dada la relativamente pequeña población de Irlanda, si el ritmo actual de inmigración persiste, los irlandeses se enfrentan a ser superados en su hogar ancestral en las décadas próximas. El mayor incremento llegó bajo la forma de un número creciente de paquistaníes, gitanos rumanos, afganos (un incremento del 212% en el censo previo), y sirios (un incremento del 199% en el censo previo). Irlanda además se ha convertido en el hogar de una gran y rápidamente creciente población africana, que fue descrita como estando sumida en “tasas de desempleo excepcionalmente altas,” por el académico de la University College Dublin, Philip O´Connel. La población africana le ha presentado algunas nuevas dificultades a la policía irlandesa, que ha tenido que romper una red africana occidental de fraude en Dublín y Meath, lidiar con bandas negras atacándose entre sí con machetes en el medio de calles transitadas, lidiar con las consecuencias de violaciones en grupo de niñas adolescentes por nigerianos en Kildare, soportar varios ataques a la policía por bandas narcotraficantes nigerianas, lidiar con un caso de violación y asesinato particularmente horrible, de una joven madre irlandesa, por un migrante nigeriano, e intentar controlar una banda africana llamada The Pesties, quienes “han estado aterrorizando a la gente prominentemente en el oeste y norte de Dublín, llevando a cabo atroces asaltos sobre repartidores y taxistas.”
Choferes de taxi africanos y musulmanes también han estado detrás de un gran y creciente número de violaciones y asaltos sexuales (por ejemplo, véase aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí). De hecho, las ofensas sexuales en Irlanda se han incrementado en un 17% sólo entre el 2017 y el 2018. En términos financieros, el creciente proceso de asilo le está costando al gobierno irlandés más de €1 billón cada cinco años, y en el medio de una crisis inmobiliaria irlandesa, la inmigración está ejerciendo una presión inmensa sobre cada aspecto de la infraestructura de la nación.
Curiosamente, los medios irlandeses no han estado haciendo mucho de este aspecto de la complexión cambiante de Irlanda. En vez de eso, mucho debate se ha llevado a cabo sobre el hecho de que Irlanda no tiene verdaderas leyes contra los “delitos de odio,” con la excepción del Acto de Prohibición de Incitación al Odio de 1989, que ha logrado efectuar un total de 5 condenas  criminales en los últimos 30 años. El Dr. Ali Selim del Centro Cultural Islámico en Dublín, ha dicho que “hay una apremiante necesidad de una legislación contra el crimen de odio. Hoy en día tenemos un amplio rango de diversidad y creencias, y eso incrementa la necesidad de tener legislación contra el crimen de odio.” En cierta manera estoy de acuerdo con el Dr. Selim, ya que diversidad equivale inevitablemente a restricción de las libertades de la población nativa. Más migrantes significa más leyes para proteger esos migrantes del criticismo.
Pero a pesar de las intervenciones del Dr. Selim, el origen de las concepciones irlandesas de “racismo” y “discurso de odio” no se remonta a la creciente población musulmana, sino a un pequeño número de judíos influyentes.
En 1969, unos 890 años después de que Tairdelbach expulsara a la delegación normando-judía, una joven socióloga judía llegó a Irlanda desde Israel. Ronit Lentin, la socióloga en cuestión, fue profesora asociada de sociología en el Trinity College de Dublín hasta su retiro en el año 2014. Desde 1997 hasta 2012, Lentin fue Directora de Sociología, y actuó como directora del programa MPhil en “Raza, Etnicidad, Conflicto.” Fue también la fundadora de la Trinity Immigration Initiative, desde la cual abogó por una política de fronteras abiertas para Irlanda y se opuso a cualquier tipo de deportación, además de involucrarse en activismo para liberalizar las leyes irlandesas sobre el aborto.[3] Como académica y activista “anti-racista,” Lentin formuló las que habrían de convertirse en algunas de las facetas de auto-recriminación irlandesa en cuestiones de raza, empezando por su definición de Irlanda como “un estado biopolítico racista.”[4] Según ella misma, antes de empezar su trabajo de suministro de culpa racial irlandesa, a mediados de los 1990s, “la mayoría de la gente no era consciente de que el racismo irlandés existía.”[5]
En cierto sentido, entonces, Lentin introdujo el concepto de racismo irlandés. Su primer paso en asegurarles a los irlandeses que ciertamente eran racistas, fue negar su existencia como pueblo. Ella declaró que los irlandeses eran meramente “teorizados como homogéneos – blancos, cristianos y establecidos.”[6] Exactamente quién había desarrollado esta teoría sobre los irlandeses, y cuándo, nunca fue especificado por Lentin; tampoco intentó mostrar que el status de blancos, cristianos y establecidos, de la mayor parte de la población irlandesa, fuera otra cosa que una cuestión de hecho y realidad. Parece haberle sido suficiente simplemente con afirmar que lo irlandés era sólo una teoría, y dejarlo ahí.  Lentin se sintió particularmente agraviada por el hecho de que los irlandeses, aparentemente inconscientes de que son solo un invento de su propia imaginación, hayan votado (80%) por vincular ciudadanía con sangre (terminando con la ciudadanía por nacimiento), constitucionalmente diferenciando entre ciudadano y no-ciudadano, en un Referéndum de Ciudadanía del año 2014. Esta medida fue llevada a cabo principalmente para parar el “turismo de maternidad” africano y los “bebes ancla” de mujeres africanas, que se han vuelto algo cada vez más común desde comienzos de los años 2000s. Para Lentin, sin embargo, la medida fue simbólica del hecho de que “la República Irlandesa se había vuelto consciente y democráticamente, un estado racista.”[7] Ella concluye que cualquier idea de los irlandeses como víctimas históricas debería ser descartada, y que “la nueva posición de Irlanda como líder en el Índice de Globalización, su símbolo de status como el núcleo de la cultura “cool,” y su posición privilegiada dentro de una Comunidad Europea en constante expansión, exige que se reteorice  lo irlandés como supremacismo blanco.” [Énfasis agregado]

Entonces, en la concepción de Lentin, lo irlandés no sólo es una ficción, sino una ficción racista, supremacista blanca. El consejo de Lentin a los irlandeses, si acaso se quisieran deshacer del delirio de identidad étnica, es que se involucren en celebraciones masivas de “diversidad e integración y multiracialismo, y multiculturalismo e interculturalismo.”[9] Lentin agrega: “Yo propongo una interrogación sobre cómo la nación irlandesa puede dejar de ser blanca.”
Manteniendo la tradición familiar, Alana, la hija de Ronit Lentin, se mudó a Australia hace algunos años, donde rápidamente se estableció como una igualmente virulenta promotora de culpa blanca, y se involucró en sucesivas críticas al “racismo” australiano. Ella es ahora Presidenta de la Asociación de Teoría Crítica de la Raza y de Estudios sobre Blanquitud, y tiene artículos redactados para The Guardian, sosteniendo que la identidad australiana es tan ficticia como la irlandesa, y exigiendo que Australia adopte una política de fronteras abiertas, así también puede dejar de ser blanca.
Si el activismo de Ronit Lentin puede considerarse como sabotaje cultural, entonces el de su co-étnico Alan Shatter, podría ser considerado como nada menos que guerra legislativa. Shatter, un judío nacido en Irlanda, ha sido discutido previamente en The Occidental Observer, pero no desde 2013. El impacto de Shatter en Irlanda ha sido extraordinario, y es difícil de exagerar. Sus primeros objetivos en el gobierno fueron la debilitación de los controles legislativos que ayudaban a preservar la familia (vía el Acto de Reforma de Separación Judicial y de Ley Familiar de 1989), y la erosión gradual de la altamente conservadora ley irlandesa de anticonceptivos (escribiendo el panfleto satírico de 1979 Family Planning – Irish Style [Planificación Familiar – Estilo Irlandés], mostrando ilustraciones burlescas, diseñadas por su co-étnico, el artista Chaim Factor). Él ha sido también un estridente activista pro-aborto desde al menos el año 1983, y un muy temprano defensor del matrimonio homosexual y de la adopción de niños por homosexuales (él fue esencialmente el autor de los dos proyectos de ley). Shatter fue también central en la fundación de El Comité Oireachtas (Parlamentario) de Asuntos Exteriores; algo que él utilizo luego como un vehículo para perseguir objetivos favorables al Sionismo. En el 2013, The Times of Israel reportó que “Puede que Israel finalmente tenga algo de suerte con los irlandeses” porque “Israel no podría tener un irlandés más comprensivo y confiable que Shatter, un colaborador incondicional incluso en tiempos de controversia. Ocasionalmente combativo, él ha sido sumamente crítico de los estridentes criticismos a Israel, de parte de los gobiernos previos, y no ha retrocedido ante el abuso subsecuente.” El artículo se aseguró de celebrar el hecho de que Shatter goza de “una posición excepcionalmente influyente en el gobierno irlandés,” tanto como ministro de defensa, cuanto como ministro de justicia, y notó que “fue particularmente activo durante los años 1980s y 1990s, abogando por el divorcio y los derechos de planificación familiar. Su origen judío urbano parece haberlo puesto en ventaja, liberándolo del equipaje que pesaba sobre sus colegas católicos.”

Alan Shatter

Pero fue en sus esfuerzos en el campo de la inmigración que Shatter demostró verdadero fervor revolucionario. Entre 2011 y 2014, Shatter transformó totalmente el proceso de ciudadanía irlandesa, brindándoles ciudadanía irlandesa personalmente a 69.000 ciudadanos extranjeros. En Agosto del 2013, tomó medidas para expandir el proceso de asilo irlandés, citando la Guerra Civil Siria como la razón, pero más tarde reconociendo que el número más alto de aplicaciones de asilo en realidad provenía de nigerianos y paquistaníes. De hecho, Shatter se mostró tan interesado en aumentar el número de africanos ingresando a Irlanda, que la tasa de rechazo de aplicaciones de asilo africanas, bajó del 47% al 3%, apenas asumió su cargo. Fue tan celebrado en África que ganó el Africa World Man of the Year Award en 2012. Muchos de estos solicitantes de asilo, principalmente nigerianos, han comenzado a aterrorizar y a asaltar a sus anfitriones, mientras otros han sido vistos masturbándose públicamente dentro de sus taxis en hora pico, mientras esperaban a los clientes. En 2013, Shatter propuso un nuevo proyecto de ley, que les otorgaría amnistía a los miles de inmigrantes ilegales acumulándose en Irlanda. Y, en contraste con la realidad de la inmigración masiva – crimen, recursos forzados, y la descomposición del sentimiento de comunidad – Shatter anunció en 2014, que Irlanda debía hacer más para “denunciar y combatir el racismo y la intolerancia a él relacionada,” porque:
Esta migración reciente… ha tenido un impacto transformativo en la sociedad irlandesa – y, para mejor. Personas de origen no-irlandés están jugando un papel cada vez más importante en cada ámbito de la vida, no menos en deporte, y han mejorado enormemente el entramado social, cultural y económico de nuestra sociedad. Es importante que Irlanda continúe siendo una nación que acoja a aquellos que ya se han establecido aquí y a los que lo harán en el futuro. Es igualmente importante que nos adaptemos a la naturaleza cada vez más diversa de la sociedad irlandesa.
Cuando Shatter fue forzado a renunciar en mayo de 2014, luego de una controversia policial, fue el incompleto estado de sus reformas migratorias, lo que-le dijo a la prensa-, representó uno de sus mayores pesares. Le dijo a The Irish Times que una de sus “grandes frustraciones” al dejar el cargo, fue el no haber logrado publicar “una muy exhaustiva” legislación en relación a la inmigración, residencia y asilo, y les explicó que estaba “muy desilusionado” por el hecho de que su colega de partido y sucesor, el Ministro de Justicia Frances Fitzgerald, parecía tender hacía un proyecto de ley menos revolucionario. Agregó: Lamentablemente, el proyecto de ley que pensé iba a ver publicado al menos hace 18 meses, estaba en segundo plano, esperando ser tratado… Había además mucha presión para tratar de fragmentar esa legislación y lidiar sólo con la cuestión del asilo, y no con las tan importantes reformas requeridas en el área de inmigración. Estaba preocupado de que si tratábamos sólo la cuestión del asilo, no veríamos nunca el proyecto de ley integral que era necesario. [El proyecto revisado] no va a tratar las reformas integrales de inmigración que son tan terriblemente necesarias.
Aunque Shatter fue obligado a retirarse tempranamente, mucho daño ya había sido hecho, y su legado va a continuar.

Y como si Shatter y Lentin no fueran suficiente, Twitter hace poco estalló, gracias a la reciente aparición de Laura Weinstein, una doctora de Nueva York que ahora vive en Irlanda y afirma ser experta en historia y cultura irlandesa. De todos los aspectos de la historia y de la cultura irlandesa sobre los que podría haber elegido focalizarse, la Dra. Weinstein decidió que está más interesada, como Lentin, en el “mito” de una identidad irlandesa homogénea y en el “nacionalismo irlandés de derecha,” y parece que utiliza su cuenta de Twitter en gran medida, para trolear figuras políticas irlandesas que se oponen a la inmigración masiva. Hace ya varios días, por ejemplo, respondió a un post del Partido Nacional — que señalaba que el multiculturalismo esencialmente resulta en una crisis de identidad para todos en la sociedad —, implicando que la oposición de Irlanda a la inmigración dejaría a los irlandeses como “neuróticos” “perros” “consanguíneos.” Escribió: “El flujo de genes como resultado de la inmigración previene el impacto negativo de la endogamia. Pero sigan adelante, restrinjan la inmigración y el flujo genético, si quieren crear una raza de humanos que refleje el neuroticismo de los perros “de pura sangre.” Sólo asegúrense de organizar un referéndum sobre endogamia primero.”
Ahora bien, yo he vivido en Irlanda durante largos períodos de mi vida, y les he mostrado el país a amigos norteamericanos, alemanes, fineses, y sudafricanos. Todos se mostraron fascinados por el paisaje, la música, la antigua historia, y la comida, pero a diferencia de esta señora judía, no puedo recordar una sola instancia en la que alguno de ellos se haya mostrado preocupado en absoluto, por la homogeneidad genética de los irlandeses. Y no sólo es la fijación de Weinstein demasiado extraña y preocupante; es también fantástica. Estudios genéticos han demostrado que Irlanda posee un diverso acervo genético en forma de clústeres genéticos de origen escandinavo, normando-francés, británico e irlandés. Éste es, por supuesto, un acervo genético considerablemente más amplio que el de los judíos askenazis como Weinstein, cuya población total desciende de un solo grupo de 350 individuos.


Obviamente, la Dra. Weinstein provocó una reacción robusta en Twitter por su respuesta al Partido Nacional, lo que a su vez la condujo a hacer la aún más extraordinaria afirmación de que “nadie ama a Irlanda más que yo.”
Podemos estar seguros de que Lentin y Shatter dirían lo mismo. Y quizás ellos realmente aman a Irlanda, pero no la Irlanda que fue y que ha sido por milenios, sino la Irlanda que está “transformándose” y que “ha de ser” — la Irlanda vencida por el globalismo, con una población internacional desprovista del “supremacismo blanco” de lo irlandés. Quizás ellos aman la Irlanda de los desfiles del orgullo gay y el árido hedor metálico de las clínicas de aborto. Quizás aman la Irlanda tocada por Nigeria, la Irlanda espolvoreada con mezquitas, donde jóvenes mamás blancas se ahorcan en desamparada desesperación, mientras los solicitantes de asilo son hospedados y alimentados a tan sólo unos metros de distancia.
Quizás ellos realmente sienten algún tipo de amor, y ven lo que han hecho y siguen haciendo, como si fuera traer regalos a Irlanda.
Pero la lección de Tairdelbach, de hace mil años, es que no tienes que aceptarlos.


[1] A. Beatty & D. O’Brien, Irish Questions and Jewish Questions: Crossovers in Culture (New York: Syracuse University Press, 2018), 1.

[2] S. Garner (2007). Ireland and immigration: explaining the absence of the far right. Patterns of Prejudice, 41(2) 109–130, 5.

[3] See Lentin, R. (2013). A Woman Died: Abortion and the Politics of Birth in Ireland. Feminist Review105(1), 130–136.

[4] R. Lentin, After Optimism? Ireland, Racism and Globalisation (Dublin: Metro Eireann Publications, 2006), 3.

[5] Ibid., 1.

[6] Ibid., 2.

[7] Ibid., 55.

[8] Ibid., 107.

[9] Ibid., 165.

 

 

 

Nacimiento y muerte de la Unión Europea: La breve historia de un gran fracaso (translation of “The Rise and Demise of the EU: A Short History of A Big Failure” by Tom Sunic)

Nacimiento y muerte de la Unión Europea: La breve historia de un gran fracaso (Spanish translation ofThe Rise and Demise of the EU: A Short History of  a Big Failure by Tom Sunic)

Los padres fundadores de la Unión Europea (UE) cometieron diversos errores costosos:

–          Se creyó que la economía, y no política, era la mejor herramienta para llevar a cabo la unificación de Europa;

–          Los planes acerca de los límites de la expansión de la UE no estaban claros;

–          Los flujos inesperados y crecientes de inmigración no europea como resultado de la ley de hierro del capitalismo, combinados con el sentimiento de culpa cristiano inspiró el ecumenismo “ama al vecino de color”.

Las primeras señales de la decadencia no tardaron mucho en llegar. El Tratado de Amsterdam de 1997, el Tratado de Niza de 2001 y panisel Tratado de Lisboa de 2007 fueron intentos de lavar la cara y rectificar errores contenidos en el mito fundacional del Tratado de Maastricht de 1992.

Bastante relevante es el hecho de que el predecesor de la UE, la Comunidad Económica Europea, siguiendo el Tratado de Roma de 1957, adoptase el nombre de “Económica” y no el de “Comunidad Política”. La creencia subyacente, inherente al liberalismo, era que solo a través del  beneficio económico – solo a través de la eliminación de barreras comerciales y fronteras estatales, y con la libre movilidad de personas, bienes y capital – el antiguo odio entre los europeos desaparecería. El resultado de semejante delirio se hace visible cada día.

La UE no ha mostrado un pensamiento muy democrático hacia sus estados miembros. En 1992 Dinamarca voto en un referéndum contra el Tratado de Maastricht; en 2001 Irlanda voto contra el Tratado de Niza e Irlanda votó de nuevo en contra del  Tratado de Lisboa. El resultado popular de estos referéndums nacionales fue menospreciado por los líderes de la UE con las palabras: “vuelve a intentarlo más adelante.” Respecto al principal motor de la UE, Alemania, todo referéndum en cualquier aspecto está prohibido por ley, debido al estatus legal de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Por decirlo de forma clara y políticamente no muy correcta, Alemania es un país ocupado con 50.000 tropas americanas asentadas en su suelo. Read more

La Inestable Alianza Entre los Nacionalistas y las “Oligarquías Judías” en Ucrania

13 Marzo de 2014

La versión oficial de los medios de comunicación occidentales sobre Ucrania es que el “Pueblo Ucraniano” se ha liberado a sí mismo del gobierno malvado y corrupto de Yanukovich. El papel de los nacionalistas en la caída del anterior gobierno y su presencia en el nuevo ha sido minimizado, con garantías dadas por las organizaciones judías y escritores judíos en el NY Times de que las quejas de Putin sobre el incipiente fascismo y antisemitismo no eran sino argumentos cínicos para dar legitimidad a la agresión rusa.

¿Qué le ha ocurrido al tradicional miedo judío/liberal sobre los nacionalistas blancos, particularmente aquellos que han jugado un papel prominente en la Revolución Maidán?

Para corregir todo esto, el diario LA Times ha publicado un artículo de opinión de un académico liberal convencional, Robert English, Director de la USC School of International Relations (“La amenaza ucraniana desde dentro: los neofascistas son una amenaza tan grande para Ucrania como las acciones de Putin sobre Crimea”). La principal tesis del profesor English es que debido al prominente papel de los nacionalistas ucranianos en el nuevo gobierno, los ucranianos de etnia rusa tienen miedos legítimos.

Actualmente es muy popular considerar al presidente ruso Vladimir Putin como un paranoico que ha perdido el contacto con la realidad. Pero es importante prestar atención a su denuncia contra los “extremistas neofascistas” que hay dentro del movimiento que derrocó al anterior gobierno ucraniano y en las filas del nuevo. La obtención de poder de los ultranacionalistas ucranianos no es una amenaza menor para el futuro que las maniobras de Putin en Crimea. Estos ultranacionalistas son gente odiosa con una ideología repugnante.

El partido de Svoboda, que ha obtenido cinco puestos clave en el nuevo gobierno ucraniano, incluyendo el adjunto al primer ministro, el ministro de defensa y fiscal general del estado. La llamada de Svoboda para abolir la autonomía que protege la herencia rusa de Crimea y su presión hacia el voto parlamentario para degradar el idioma ruso, son provocaciones flagrantes para los millones de rusos étnicos que hay en Ucrania y una estupidez increíble durante los primeros pasos del gobierno en un país dividido.

Estas acciones generaron, en mayor medida que la propaganda rusa, una rápida inseguridad en Crimea…

Svoboda, el sector de la derecha y otras organizaciones ucranianas de extrema derecha… son grupos cuyas jóvenes legiones embrutecidas todavía llevan símbolos como la esvástica, cuyos líderes han alabado públicamente numerosos aspectos del nazismo y que veneran al líder nacionalista de la Segunda Guerra Mundial Stepan Bandera, cuyas tropas colaboraron ocasionalmente con las de Hitler y masacraron miles de polacos y judíos.

Pero más temibles que la manipulación del pasado que hacen estos partidos, son sus planes para el futuro. Ellos han defendido abiertamente que el lenguaje ruso no sea enseñado en las escuelas ucranianas, que la ciudadanía es solo para aquellos que aprueben exámenes de lenguaje y cultura ucraniana, que solo ucranianos étnicos puedan adoptar huérfanos ucranianos y que los nuevos pasaportes deben identificar la etnia de sus propietarios – ya sea ucraniana, polaca, rusa, judía u otra.

De nuevo vemos la naturaleza venenosa de muchos nacionalismos europeos, como Tom Sunic nos ha recordado en numerosas ocasiones. Las acciones anti-rusas son aconsejadas de manera enfermiza, teniendo en cuenta la presencia cercana de una inmensa superioridad militar rusa y de un gobierno ruso con buenas razones para ver como inaceptable el resultado de que Ucrania se una a la OTAN y a la Unión Europea. El pasado genocidio que tuvo lugar durante la era soviética todavía es una cuestión notablemente dolorosa para los nacionalistas ucranianos – algo lógico por otra parte, aunque los rusos argumenten que los rusos étnicos no dominaban el gobierno soviético durante las primeras décadas de la era soviética, precisamente las mas criminales, y de hecho, los rusos étnicos fueron las primeras víctimas del régimen soviético junto a los ucranianos. Además, como señala Andrew Joyce, los nacionalistas ucranianos son conscientes de la opresión económica judía y de la responsabilidad judía en el genocidio ucraniano de los años 30.

Sin embargo, un nacionalismo ucraniano racional hubiera preferido una partición étnica antes que la afirmación del dominio étnico sobre áreas como Crimea, principalmente poblada por personas de etnia rusa; ellos no hubieran querido ser parte de la Unión Europea, cuyo objetivo es la erradicación de todas las identidades nacionales.

El Profesor English comenta:

¿Es tan difícil comprender el estado de shock de los rusos cuando vieron a los oficiales de los Estados Unidos (como el Senador John McCain) flirtear con extremistas que han sido denunciados como antisemitas, xenófobos, incluso neonazis por numerosos grupos humanitarios y anti-difamación? ¿O cuando tomaban fotos y distribuían comida entre los líderes de las protestas, mientras sus compinches repartían ejemplares de “Los Protocolos de los Sabios de Sion” en la Plaza de la Independencia? En las pocas ocasiones en las que se reconocía este extremismo, se le quitaba hierro al asunto afirmando: “Es cierto, el nuevo gobierno no es perfecto, pero la moderación prevalecerá pronto”.

Debemos suponer que neoconservadores como McCain y Nuland (y generalmente las élites occidentales) ven la presencia de los nacionalistas ucranianos como un problema superable, dada la hostilidad de los neoconservadores hacia todo tipo de nacionalismo (excepto el nacionalismo judío en Israel). Por supuesto, ellos pueden haber calculado de forma incorrecta y se han metido en la boca más comida de la que pueden masticar. Israel Shamir describe los eventos como una “Revolución Marrón”, en la que Ucrania “ha quedado bajo el control de una coalición de ultranacionalistas ucranianos y otras oligarquías (principalmente judías)” que han obtenido una gran riqueza saqueando Ucrania: “Durante años el país ha sido saqueado por los oligarcas que desviaron los beneficios hacia los bancos occidentales, llevando al país al borde del precipicio”.

Esta coalición de nacionalistas y explotadores, principalmente oligarcas judíos, es, cuanto menos, inestable. El Profesor English se equivoca al escribir que si los nacionalistas han tenido éxito en sus propósitos, nunca menciona las poderosas y numerosas fuerzas que hay contra ellos. Durante más de un siglo, el principal empujón a la riqueza y el poder judío en la diáspora se ha hecho en contra de los principales nacionalismos locales – de ahí el fuerte apoyo judío a la Unión Europea, a las fuertes inmigraciones y a la sustitución de población blanca que tiene lugar a lo largo de todo occidente.

En el análisis final, Ucrania no es una excepción. Yo estimo que las principales oligarquías judías y sus aliados occidentales harán cualquier cosa para marginar a los nacionalistas y unir lazos con occidente. Estas fuerzas pro-occidentales son realmente una combinación muy poderosa.

El Profesor English señala las consecuencias para los rusos étnicos en las antiguas repúblicas soviéticas:

La preocupación rusa está bien fundada. Desde el colapso de la Unión Soviética, millones de rusos étnicos o rusófonos han resistido la perdida de la ciudadanía en las repúblicas bálticas (donde muchos han vivido durante generaciones), han sido expulsados de sus trabajos y sus casas en Asia Central y han sufrido una violenta discriminación en Georgia (la principal causa de la guerra de 2008 con Rusia, ampliamente ignorada en occidente).

Semejante resultado es lamentable por el desplazamiento de los rusos, pero estas cuestiones han sido en gran medida equilibradas por la creación de estados étnicamente homogéneos en áreas de la antigua Unión Soviética y otros lugares de Europa. Como ya señalé en una ocasión anterior:

Durante los últimos 150 años, la tendencia general en Europa ha sido hacia la creación de estados basados en la etnia – “etnoestados”. Esta tendencia no acaba tras el final de la Segunda Guerra Mundial. En Europa, a la guerra le siguió una forzada migración de gentes – principalmente alemanas – para crear estados étnicamente homogéneos. De hecho, el punto culminante de la homogeneización étnica en Europa fueron las dos generaciones que siguieron a la Segunda Guerra Mundial.

El Profesor Jerry Z. Muller escribe:

 “Como resultado del proceso masivo de separación étnico, el ideal etnonacionalista fue en gran medida llevado a cabo: para la mayor parte, cada nación en Europa tenía su propio estado, y cada estado estaba hecho por un nacionalidad étnica única. Durante la Guerra Fría, las pocas excepciones a esta regla fueron Checoslovaquia, la Unión Soviética y Yugoslavia. Pero el destino subsecuente de estos países solo demostró la vitalidad del etnonacionalismo”.

Este punto es crucial. Mientras la reciente expansión del imperio de la Unión Europea ha dado lugar al surgimiento de una retórica que supera al concepto de nación, esta ha sido realmente acompañada por una sorprendente multiplicación de etnoestados, por la fragmentación de Yugoslavia y de la antigua Unión Soviética – por no mencionar la división checa y eslovaca.

Lo que está ocurriendo en Ucrania es precisamente este proceso de ruptura en estados étnicamente homogéneos, ayudados por el ejército ruso y disparados por la agresiva intervención de los gobiernos occidentales y las ONGs. El hecho de que esta separación étnica no sea deseada por la Unión Europea y los neoconservadores puede dar lugar, finalmente, al uso de la fuerza militar por parte de Putin para defender los legítimos intereses rusos.

Desde el punto de vista de un nacionalismo étnico universal, como por ejemplo, el mío propio, la mejor solución posible seria la ruptura en una zona de dominio ruso y una Ucrania dominada por los nacionalistas ucranianos. No hace falta imaginar la furia de los neoconservadores si esto llegase a ocurrir, y las recriminaciones que se llevarían a cabo contra la administración Obama y otros gobiernos occidentales por no haber sido lo suficientemente agresivos.

Pero la separación de Ucrania en dos sectores, uno ruso y otro ucraniano, no hubiera sido nada extraordinario, nada diferente de la ruptura de Checoslovaquia o Yugoslavia. Sin embargo, las elites occidentales se vendieron para llegar a un acuerdo con Rusia, que ve que semejante división es completamente ilegítima.

El profesor English, siendo un liberal convencional, recomienda finalmente que los Estados Unidos deberían oponerse fuertemente a los nacionalismos:

¿Por qué no nos aliviamos de estos miedos (legítimos de Rusia) mediante la denuncia a la fuerza de los etnonacionalismos y abrazamos los derechos de las minorías como vitales para la estabilidad de la democracia ucraniana que queremos promover? Teniendo en cuenta nuestra propia hipocresía – no violar acuerdos (excepto aquel de no expandir la OTAN más hacia el Este), no invadir países bajo falsos pretextos (excepto Irak) y no apoyo movimientos minoritarios secesionistas (excepto Kosovo) – ¿Por qué no deberíamos tratar de recuperar la credibilidad de los Estados Unidos estando a la altura de nuestros principios en este caso tan crítico? El Parlamento Europeo en 2012 condenó el racismo de Svoboda, el antisemitismo y la xenofobia por ser “contrarios a los principios y valores fundamentales de la Unión Europea”. Los Estados Unidos no deberían dudar en hacer algo parecido ahora. No es solo algo correcto, también seria abrir una puerta al compromiso con Rusia sobre esta peligrosa crisis. Permanecer en silencio equivale a enviar un mensaje equivocado a los extremistas de ambos bandos.

El Profesor English va a ser felicitado por su corta lista de hipocresías occidentales. ¿Por qué debería ser el apoyo a una Crimea étnicamente homogénea diferente del apoyo a un Kosovo étnicamente homogéneo?

Pero él no tiene que preocuparse. Por supuesto, los Estados Unidos no quieren realmente una victoria de los nacionalistas ucranianos y moverán cielo y tierra para derrotarles si llegan a obtener un poder decisivo en el gobierno. Pero por ahora, las élites occidentales se sienten confortables propagando la ficción de que la revolución no era más que una señal del amor por la libertad de los ucranianos que quieren vivir en el mejor de los mundos posibles, la Unión Europea.

En conclusión, la larga campaña occidental para desestabilidad Ucrania mediante el apoyo de las elites occidentales es una violación intolerable de los intereses étnicos y nacionales legítimos de Rusia.  El señor Putin ha marcado su línea roja y puede expandirse a lo largo del Este de Ucrania, generando peligro para todos. Las élites occidentales no tienen a nadie a quien culpar, excepto a ellos mismos.

Entrevista para la revista Zuerst: Las armas del lobby sionista

Las armas del lobby sionista

23 Enero, 2014 

TdE/Entrevista para la revista Zuerst: Las armas del lobby sionista; 12 Noviembre 2013 

Tribune de Europa

Esta es la versión española de una entrevista publicada en la edición de Noviembre de Zuerst!, una revista alemana.

  1. 1. Profesor MacDonald, el Consejo Central de Judíos en Alemania (ZdJ) es tal vez uno de los lobbies más influyentes de Alemania – es una filial del Congreso Mundial Judío (WJC). La crítica dice que la influencia del ZdJ es desproporcionadamente grande en comparación con el número de judíos que viven en Alemania. ¿Es esto correcto?

Yo no estoy familiarizado con la situación en Alemania en lo que respecta al poder del lobby sionista. Pero yo sé que en los países con los que estoy familiarizado, concretamente en los Estados Unidos, los sionistas están muy bien organizados y son muy efectivos a la hora de lograr sus intereses. Ellos se han infiltrado perfectamente en las élites de los medios de comunicación, de la política, de los negocios y del mundo académico, y han desarrollado grupos de presión muy bien financiados, en particular la Liga Antidifamación (ADL). Por eso no me sorprendería descubrir que existiera una situación similar en Alemania.

  1. 2. La ZdJ – al igual que el WJC – juega un papel complejo en Alemania – y en Occidente en general. Por una parte, la organización pide representar a las comunidades judías en Alemania y Europa Occidental, mientras que por otra parte ellos actúan en nombre de Israel y hacen campaña a favor de la política israelí. ¿Cómo puede ser compatible esto?

Ocurre algo parecido en los Estados Unidos, donde la Liga Antidifamación ha sido un poderoso seguidor de los gobiernos ultraderechistas y racialistas de Israel, mientras que a la vez ha perseguido un amplio rango de intereses políticos sionistas en los Estados Unidos vinculados a la izquierda política. Lo más importante es que los grupos sionistas han estado al frente de la campaña política en lo que respecta al multiculturalismo y al desplazamiento de la población por inmigrantes que llevará a que los americanos blancos seamos una minoría dentro de 20 o 30 años.

Con anterioridad a la fundación del Estado de Israel, una amplia sección de la comunidad judía de América se opuso al sionismo porque estaban preocupados de que apoyar a un gobierno extranjero les hubiera llevado a ser vistos como desleales, algo que ha sido una acusación constante por parte de los antisemitas a lo largo de los siglos. Sin embargo, estas preocupaciones desaparecieron en 1948, y las décadas subsiguientes muestran un gran incremento en el poder del lobby sionista y un apoyo público no disimulado por parte de los judíos americanos hacia Israel. Para estar seguros, los judíos americanos que apoyan a Israel afirman de manera cuidadosa que los intereses de Israel y los intereses de América coinciden. Y en ocasiones, esto puede dar lugar a afirmaciones cómicas, como las recientes peticiones hechas por parte de judíos americanos neoconservadores para que América bombardease Siria con el propósito de prevenir que Siria atacase América con armas químicas. O que Irán estuviera a punto de poder destruir los Estados Unidos o, incluso, invadirlos.

El lobby israelí defiende las acciones militares contra Siria porque esto prolongaría mínimamente una guerra que Assad está ganando, consiguiendo debilitar Siria y Hezbollah en el futuro. Y tal vez esto pudiese llevar a la caída de Assad y a un gobierno Sunni que fuese duro con Irán. Irán y sus aliados son vistos como un enemigo mucho más peligroso para Israel que las naciones árabes y los rebeldes Sunnis que se oponen al gobierno de Assad, sin importar su fanatismo religioso musulmán, su odio a Israel y su posible alianza con al Qaeda.

Las buenas noticias son que hay señales de que los americanos se están dando cuenta de la situación. La administración Obama ha resistido las peticiones de guerra más extremas por parte del lobby sionista (como por ejemplo atacar Irán), y la opinión pública fue decididamente contraria a bombardear Siria, a pesar de los deseos de la administración Obama, a pesar del apoyo de los medios de comunicación y a pesar del fuerte apoyo del lobby israelí. Al final, la opinión pública impidió el ataque sobre Siria, y esto es una muy buena señal para el futuro. Los ciudadanos americanos están cansados ver los informes de miles de americanos que han muerto o han sido gravemente heridos en las guerras de Irak y Afganistán – guerras que fueron fuertemente apoyadas y, en el caso de Irak, incluso conducidas por el lobby israelí. Estas guerras no han desarrollado los intereses de los Estados Unidos, y cuando las tropas americanas han abandonado esas áreas, ellos vuelven a las sociedades tribales no democráticas que siempre han sido. Ahora mismo, Irak es un hervidero debido a la violencia sectaria desatada que dejó la invasión americana. Estas guerras verdaderamente costosas no han tenido un beneficio tangible, pero si un enorme coste para América y sus aliados, así como para la gente de estas regiones. Read more